Antes que nada debes de asegurarte que el lugar que has seleccionado es un suelo urbano, es decir, es un terreno que pertenece a los planes urbanísticos del municipio y que cuenta con todos los servicios básicos, tales como agua, electricidad o saneamiento.
Seguidamente, tienes que acudir al Ayuntamiento para realizar los trámites necesarios para conseguir las licencias indispensables, registrar la propiedad y dar de alta los suministros de agua y electricidad. Las casas están sujetas a la Ley de Ordenación de Edificios, por lo que debes de tener presente que necesitas una cédula de habitabilidad y una licencia de primera ocupación.
Finalmente, tienes que abonar unos impuestos relacionados con su instalación. Algunos de estos serían el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) o el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).